Con la intención de mostrarles uno de los acontecimientos naturales más fantásticos para los marabinos, la Alcaldía de Maracaibo a través de las direcciones de Educación y Asuntos Universitarios, Desarrollo Social y el Instituto Municipal de la Juventud; llevó a un recorrido por el Jardín Botánico de Maracaibo a los niños de tres escuelas arquidiosesanas: Nuestra señora del Pilar de la parroquia Manuel Dagnino, Arcangel San Rafael y Monseñor Rafael Arias Blanco, ambas de la parroquia Luis Hurtado Higuera.
Este fenómeno que se vive una vez al año para finales del mes de abril y a principio del mes de mayo, exactamente a los 4 días después de la primera lluvia, se conoce como la primavera amarilla o el vestido dorado, donde las 108 hectáreas del Jardín Botánico de Maracaibo cambian de su verde natural a amarillo para engalanar el paisaje.
“En esta actividad están participando acerca de 157 estudiantes y los trajimos para que pudieran vivir la experiencia del florecimiento de los curarires. Queremos que desde temprana edad tengan ese contacto con la naturaleza y que vayan desarrollando ese sentido de pertenencia ecológica y nos ayuden a conservarla”, detalló Ruth Pedreañez, directora de Educación y encargada de la visita de los niños al Jardín Botánico de Maracaibo.
Por su parte, Sara Fernández, directora de Desarrollo Social, destacó que la intención es seguir visibilizando este tipo de espacios para la recreación para los ciudadanos. “Además de educar acerca de la naturaleza queremos que nuestros niños vean con futuro la ciudad verde que estamos construyendo y todo lo que debemos cuidarla y preservarla”.
A su vez, Manuel Chirinos, gerente de Deportes del Instituto Municipal de la Juventud comentó que este festival de curarires es impresionante. “Quisimos que nuestros niños lo vivieran de cerca para que vean que Maracaibo es hermosa, con paisajes increíbles que solo se ven aquí, en nuestra ciudad Maracaibo”.
Damaris Rodríguez, estudiante de 13 años del 7mo año de bachillerato de la escuela Monseñor Arias Blanco, expresó su emoción al ver por primera vez el evento natural. “Es una experiencia bellísima, no sé ni cómo explicarlo porque es una cosa muy hermosa que me hizo hasta llorar”.
Por su parte, Camila Abreu de 11 años, estudiante del Colegio Arquidiocesano San Rafael comentó que es su tercera vez visitando el jardín. “Siempre vengo porque me encanta la naturaleza. Este color amarillo no se ve todos los días y le doy las gracias a la Alcaldía por esta oportunidad y porque están haciendo cosas hermosas con nosotros los chamos”.
El árbol curarires o Handroanthus serratifolius, también se conoce como guamachito, palo de arco o flor amarilla. Es hermano del árbol nacional de Venezuela, el araguaney.
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